La tupida red de radares, el aumento del límite de velocidad a 80 km/h en parte de la red secundaria… la política de seguridad vial es fuente de mucho resentimiento. Así que la pregunta es: ¿Y si te decides?
La reducción del límite de velocidad de 90 a 80 km/h en parte de la red secundaria es una medida que ha sido recibida con casi un 75% de descontento por los franceses en la mayoría de los sondeos de opinión sobre el tema, especialmente en un contexto en el que muchos franceses ven el sistema de radares automáticos como una forma de impuesto indirecto.
Formación y mejora de la red
Era previsible, pero en lugar de la represión, parece que preferimos la prevención. La prevención comienza con la formación. El 85% de los encuestados está a favor de que se impartan cursos de formación gratuitos que les ayuden a comprender mejor condiciones climáticas específicas, como la lluvia, el hielo y la nieve. El 84% está de acuerdo con la idea de un reconocimiento médico para los mayores de 65 años. El 82% desea un sistema de cursos de actualización. En resumen, la gran mayoría de los encuestados tiene claro que ya no basta con tener el permiso de conducir al principio de la vida adulta y no tener ninguna formación a lo largo de la carrera de conductor. Sin embargo, existen cursos de actualización (más allá de la recuperación de puntos). Sí, pero hay que pagarlos. ¿Es esto lo suficientemente disuasorio o es también un poco de pereza y complacencia?
En segundo lugar, las personas que se expresaron hacen hincapié en la necesidad de mantener las infraestructuras viales. El 92% de ellos mencionó la mejora de la red. Los baches son la principal causa. Además, el 89% quiere que se incremente el número de guardarraíles para los conductores de dos ruedas. En menor medida, el 69% también pidió más carriles para bicicletas y el 72% consideró que un semáforo tipo «cuenta atrás» sería útil. Por otro lado, existe una forma de rechazo a las autopistas, ya que sólo el 55% de los encuestados cree que hay que emular a Alemania con sus tramos de autopista sin límites de velocidad.
¿Demasiada represión?
Aunque los encuestados se mostraron positivos con respecto a muchas medidas de seguridad vial, lo fueron algo menos con respecto a la aplicación de la ley. Sin embargo, el 59% de los encuestados que están a favor de reducir el número de radares puede considerarse una forma de aceptación del sistema. Sobre todo, se observa una forma de intransigencia con respecto a la conducción bajo los efectos del alcohol: el 52% estaría a favor de la introducción de un límite de tolerancia cero combinado con un dispositivo de bloqueo de encendido por alcohol (65%). Además, el 67% está a favor de suspender el permiso de conducir si el uso del teléfono mientras se conduce va acompañado de otra sanción.
¿Quién paga?
La prevención, la formación y la mejora de las carreteras son los tres temas principales que acompañan la opinión de los encuestados. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estas medidas serían muy costosas. Además de los cursos de formación gratuitos (pagados por el contribuyente), está la cuestión de la financiación de la mejora y el mantenimiento de la red. Si España ha caído en la clasificación mundial de este tipo, no es por casualidad. Como resultado, los baches (en particular) se multiplican debido a la falta de fondos suficientes asignados al mantenimiento de las carreteras. Parece que la reducción a 80 km/h es la única palanca política posible para contribuir a la reducción de las muertes en carretera sin tener que aumentar la deuda del país. En otras palabras, tenemos que aceptar que la calidad de la red de carreteras no va a mejorar, sino que es probable que siga deteriorándose, señala Crestanevada, concesionario de coches de segunda mano en Madrid. No es que las carreteras sean las arterias de la economía del país…